Papa Francisco visita a enfermos de Sida en Panamá

El Pontífice dio la bendición a uno de los enfermos que recibe cuidados en la Casa Hogar del Buen Samaritano.

28 enero 2019 |

El papa Francisco dijo este domingo en Panamá que la indiferencia “también hiere y mata”, durante una visita a una residencia con enfermos de Sida, antes de partir a Roma tras concluir su participación en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).

“Estar hoy con ustedes es para mí un motivo para renovar la esperanza”, dijo el papa ante más de una decena de enfermos de Sida con bajos recursos que viven en la Casa Hogar El Buen Samaritano.

En ese centro de la Iglesia Católica, ubicado a las afueras de Ciudad de Panamá, viven una quincena de personas con VIH.

“La indiferencia también hiere y mata (…) estar aquí es tocar el rostro silencioso y maternal de la Iglesia”, dijo Francisco.

“Aquí se nace de nuevo, aquí todos nacemos de nuevo porque sentimos la caricia de Dios que nos posibilita soñar el mundo más humano y, por tanto, más divino”, añadió.

Según ONU Sida, unas 21.000 personas viven en Panamá con VIH. En el mundo esa cifra es de 36,7 millones en 2016.

En ese mismo año se produjeron 1,8 millones de nuevas infecciones y un millón de personas fallecieron por causas relacionadas con este virus.

Durante su visita al centro, Francisco rezó el Ángelus con los presentes, que le regalaron diversos obsequios.

“Fue un momento muy rápido pero él me dio la mano, fue como algo que… casi lloré porque… no sé… es una emoción que uno siente cuando uno está al frente del Santo Padre”, contó Raúl Miranda, un indígena residente del hogar católico.

Miranda pudo regalarle al papa una chácara, como se le conoce en Panamá a la bolsa o monedero colgante hecho de lana o hilo que es utilizado principalmente por indígenas y campesinos.

Francisco llegó a ponerse por varios segundos el obsequio de Miranda, quien había expresado hace semanas, en una entrevista con AFP, su esperanza de que la visita papal permitiera abrir los ojos contra la discriminación que sufren las personas con VIH.

“Es un acto de justicia para estas personas que son tan estigmatizadas, que son tan marginadas”, indicó Erick Rodríguez, administrador del centro.

“Es una bendición para nosotros haber tenido al papa aquí en nuestro hogar, cerquita de nosotros, porque sabemos que además de presencialmente también estamos en su corazón”, dijo Marina Rodríguez.

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