El papa Francisco llega esta semana a Panamá en su primera visita a Centroamérica no sólo como el líder de los católicos, sino como una de las principales figuras en la defensa de los migrantes, uno de los temas más candentes en la política global.
22 enero 2019 |
El énfasis del pontífice argentino en la necesidad de apoyar a quien emigra ha servido de enorme inspiración a sacerdotes, monjas y laicos cuya labor a favor de los migrantes ha intentado llenar el vacío, la indiferencia o incluso la hostilidad de las autoridades, en ocasiones también las eclesiásticas, hacia este sector de la población.
Francisco ha pedido a los gobiernos que hagan más para recibir e integrar a los que huyen de países en conflicto, de desastres naturales o simplemente de la pobreza.
El pontífice ha predicado con el ejemplo. Durante una visita a un campo de refugiados en la isla griega de Lesbos decidió llevarse al Vaticano a una docena refugiados sirios. Su primer viaje como papa fuera de Roma fue a Lampedusa, la isla italiana que se convirtió en ‘zona cero’ de la crisis de refugiados que cruzan el Mediterráneo.
Ante la promesa del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de ampliar el muro fronterizo con México, el papa no dudó en declarar que esa postura “no es cristiana” y que lo que deben construir los verdaderos cristianos son puentes, no muros.