Emberá-Wounaan

Ampyme destina $140 mil para emprendedores de la comarca Emberá-Wounaan

Además, la institución dice que trabaja en el establecimiento de la oficina regional en esta área

09 abril 2021 |

El Gobierno Nacional informó que ha asignado $140 mil a través del programa Capital Semilla de la Autoridad de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (Ampyme) para la población de emprendedores de la comarca Emberá-Wounaan, colindante con la provincia de Darién.

El anuncio fue hecho por el director de la Ampyme, Oscar Ramos Jirón, durante la participación en una mesa de diálogo con el Congreso Comarcal realizado en el colegio de la comunidad de Lajas Blancas en la comarca.

Según la entidad, de esta forma se trata de motivar el emprendimiento de micros empresas en esta región que se dedican a la producción de artesanías y actividades turísticas, entre éstas cestos de paja y coloridas telas que incluso incorporan como parte de su vestuario.

Ramos Jirón informó que con los recursos existentes, se tratará de llegar a la mayor cantidad de beneficiarios de la región indígena.

Añadió que como se dispone en el programa, los beneficiarios tendrán que recibir la capacitación y elaborar un Plan de Negocios, lo que permitirá un mejor rendimiento de los fondos asignados.

Ramos también destacó que en cumplimiento de la ley que creó la Comarca Emberá-Wounaan, se trabaja en el establecimiento de la oficina regional en el área.

Se ha solicitado a las autoridades comarcales que trabajen en el perfil de la persona que debe estar a cargo de la oficina comarcal para proceder a su nombramiento.

TE INTERESA

Presentación

EMBERÁ-WOUNAAN

Emberá-Wounaan es una comarca indígena de Panamá. Fue creada en 1983 a partir de dos enclaves ubicados en la provincia de Darién, específicamente de los distritos de Chepigana y Pinogana. Su capital es Unión Chocó. Su extensión abarca 4383,5 km² y posee una población de 9.544 habitantes (2010),1​ la mayoría de estos pertenecen a las etnias emberá y wounaan, distribuidas en 40 comunidades.

Durante la época colonial a estos aborígenes tanto a la etnia emberá y a la etnia wounaan se les conocía con otros nombres, tales como: citares, zirambiraes, citabiraes, chocoes y otros. Entraron al istmo alrededor del siglo XVIII procedentes de la región del Chocó en Colombia. Los últimos estudios indican que antes de la llegada de Colón ocupaban probablemente tierras del Brasil.

La Comarca Emberá-Wounaan abarca quinientas hectáreas y está dividida en cuarenta y dos comunidades con un total aproximado de nueve mil indígenas.

Este grupo indígena se divide en los wounaan y los emberás. Los primeros habitan las áreas del Darién, diseminados en las orillas de los río Membrillo, Tupiza, Tuira, Río Sabalo y Jingurundó, habitan en la tierra colectiva fuera de la comarca en: Puerto Lara, Balsas, Jaqué, Sambú y Río Bagre. Los emberás habitan en las orillas de los ríos Chucunaque, Tuira, Tupiza y Río Chico y también habitan en la provincia de Panamá: Chagres, Mocambo Abajo, San Antonio, Gamboa y Gatún.

Los hombres utilizan un taparabo que llaman guayuco (cubierta) y una faldota artesanal fabricada originalmente con chaquiras plásticas (usada en ocasiones especiales) llamada amburäco, pero cuando van a los pueblos visten camisa y pantalón, aunque actualmente los hombres visten con camisetas y pantalones modernos. Las mujeres utilizan telas paruma y envuelven a manera de falda sus caderas hasta las rodillas y collares alrededor del cuello tejidas por sí misma llamadas shakiras, y sus cuerpos pintados de jagua (pintura natural producida por una planta).

El pueblo emberá–wounan utiliza en todos los momentos de ceremonia el agua y al llegar el momento, imita el canto del agua. Sus canciones comienzan en los arroyos más pequeños, se transforma en caudalosos ríos, desemboca en océanos majestuosos y en nubes de trueno y cae sobre la tierra para comenzar de nuevo. Cuando se amenaza el agua, se amenaza a todos los seres vivientes. Hay un tabú sobre dos fogones en una misma casa. Se señaló que la existencia de dos fogones corresponde a los criterios de tabú en vinculación con la enfermedad, la preñez y la menstruación. De acuerdo a ello, el fogón utilizado en la circunstancia mencionada, se denomina “nío-gua-boin” mientras que el de uso común se llama níogua-kóin.

Se practica el baile guarä, ka, kisemie, cadanie y otros. La pintura facial es de uso común en ocasiones rituales, usándose para ello una cera obtenida del insecto llavera y jugo de corteza de bejuco que se cría especialmente en árboles cerca de la casa, tales como el jobo. Otra festividad de gran estima entre los emberá y también en wounan es la llegada de una joven a la pubertad. La misma es aislada dentro de la casa, sin que nadie pueda hablarle, escucharle o tocarle. Sólo puede ingerir alimentos preparados con plátanos y bananos. Una vez finalizado el período de aislamiento, sus padres ofrecen una fiesta, donde abunda la comida y las bebidas fermentadas. En la misma, se le designa oficialmente con un nombre y se le declara apta para el matrimonio.

También existió una festividad relacionada con la pubertad masculina, llamada "krote", la cual ha sido casi abandonada. La misma consistía en la formación de un grupo con aquellos muchachos que les llegaba el cambio de voz. Los mismos eran conducidos fuera del caserío, preferiblemente la selva, donde permanecían incomunicados. Uno de los muchachos del grupo era elegido jefe u Ougún, el cual instruía al resto en cuanto a las tradiciones, caza, ejercicios de guerra y competencias de agilidad. Posteriormente eran sometidos a exámenes y los que aprobaban, se les confería un nombre para toda la vida.

Eventos