Bocas del Toro

Iniciativa Biodiverciudades por un mejor futuro, sumó a 7 alcaldes de Centroamérica y Caribe

CAF y el Ministerio de Turismo de República Dominicana, presentaron el evento “El Camino hacia las Biodiverciudades” Caribe y Centroamérica, que tuvo lugar en Punta Cana.

16 junio 2022 |

Los alcaldes de la región centroamericana que se adhirieron a la declaración de Barranquilla fueron: Carlos Martínez y Jimmy Cruz, Costa Rica; Maribel Escobar, El Salvador; Emiliano Torres, Panamá; Carmen Paz, Honduras; Alan Chepo y Alfredo Peralta, República Dominicana.

CAF -banco de desarrollo de América Latina- y el Ministerio de Turismo de República Dominicana, presentaron el evento ”El Camino hacia las Biodiverciudades” Caribe y Centroamérica, que tuvo lugar en Punta Cana, con el objetivo de compartir conocimientos, experiencias y buenas prácticas que contribuyan a consolidar un modelo de gestión urbana en armonía con la naturaleza.

Es el tercer encuentro del ciclo de iniciativas que atenderá el tópico de biodiverciudades liderado por CAF, en diferentes ciudades de América Latina y el Caribe.

Este evento reflejó la importancia de abordar el rol sostenible para la puesta en valor de ecosistemas urbanos, analizando los principales desafíos de las ciudades y promoviendo el intercambio de prácticas y experiencias que permitan aprovechar las ventajas competitivas en el sector turístico a través de un modelo de planificación territorial respetuoso con el medio ambiente.

Al término del encuentro, 7 gobiernos locales de 5 países de Centroamérica y el Caribe firmaron la Declaración de Barranquilla en la que se comprometieron a impulsar un desarrollo local sustentable, en equilibrio con la naturaleza y focalizado en la bioeconomía, siguiendo los pasos de 56 ciudades de Suramérica.

El presidente ejecutivo de CAF, Sergio Díaz-Granados, destacó durante el evento que: “Las ciudades de América Latina y el Caribe, y especialmente las ciudades turísticas, deben incorporar con mayor énfasis en sus agendas esta necesidad de pensar o promover soluciones de conservación y uso sostenible del medio ambiente y en especial de la biodiversidad. En CAF nos complace ver como esta red de Biodiverciudades sigue creciendo para instalar y trabajar sobre estos desafíos que enfrentan las ciudades para abordar un desarrollo urbano en armonía con la naturaleza”.

Por su parte, la vicepresidenta de la República Dominicana, Raquel Peña Rodríguez, agregó: “Tenemos una gran responsabilidad y el compromiso de proteger nuestros recursos naturales y los servicios ecosistémicos; debemos apreciarlos, compartirlos y disfrutarlos, pero tenemos la responsabilidad de cuidarlos para la presente generación y las venideras. Como país con una alta vulnerabilidad ante el cambio climático, hemos alzado nuestra voz, ya que comprendemos que debemos trabajar juntos por la sostenibilidad en miras para poder lograr la reservación de los ecosistemas de los cuales depende la existencia humana”.

“El Concepto BiodiverCiudad es una interesantísima iniciativa, que coloca la biodiversidad como eje principal, ajustando todos los esfuerzos y la planificación y ordenamiento territorial de nuestros países, los cuales son cada vez más populosas. Queremos hacer un reconocimiento público al Banco de desarrollo de América Latina por promover esta novedosa red de biodiversidad y por organizar espacios como este, donde podemos intercambiar experiencias exitosas y podemos compartir los desafíos que cada uno de nuestros países enfrentan”, añadió Peña Rodríguez.

Los alcaldes de la región centroamericana que se adhirieron a la declaración de Barranquilla fueron Carlos Martínez, (Nicoya, Costa Rica); Maribel Escobar, (La Palma, El Salvador); Emiliano Torres, (Bocas del Toro, Panamá); Carmen Paz, (San Nicolás, Honduras); Jimmy Cruz, (Curridabat, Costa Rica); Alan Chepo, (Río San Juan, República Dominicana); y Alfredo Peralta, (Nagua, República Dominicana).

El concepto de BiodiverCiudad nace de la necesidad de promover la conservación y uso sostenible de la biodiversidad y los servicios ecosistémicos e incorporarlos en la planificación y el ordenamiento del territorio, impulsando la bioeconomía, la ciencia, la tecnología, la innovación y la economía circular con el fin de lograr un mayor bienestar de los ciudadanos y el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Una BiodiverCiudad es aquella ciudad que incorpora de forma efectiva e integral la biodiversidad local y regional en su planificación, como eje e instrumento esencial de su desarrollo socioeconómico.

En Centroamérica y el Caribe gran parte de la actividad turística se genera en pueblos y ciudades costeras que están en riesgo a medida que el nivel del mar sube, la frecuencia e intensidad de inundaciones y tormentas aumenta, la acidificación de los océanos se acrecienta y las olas de calor se intensifican, por lo que se requieren intervenciones integrales que promuevan la rehabilitación de los ecosistemas costeros que pueden ser más eficientes, puesto que los eventos extremos causan menos muertos y daños materiales cuando la ciudad impactada está, por ejemplo, protegida por manglares o pantanos.

Estas son algunas de las recomendaciones que surgieron en los paneles integrados por alcaldes, alcaldesas, autoridades nacionales, representantes de instituciones de investigación y de la sociedad civil de Centroamérica y El Caribe como: Carlos Andrés Peguero, viceministro de Turismo para la Cooperación Internacional de República Dominicana; Hernando García Martínez, director general del Instituto Humboldt, Colombia; Shaney Peña, directora de Planificación y Proyectos, Ministerio de Turismo de República Dominicana; Surella Segú, directora de la Oficina de Calor Extremo de Monterrey, Arsht-Rockefeller Resilience Center; y Allison Wiggins, gerente de Proyectos Adjunta, Oficina de Gestión de Zonas Costeras, Barbados.

En el encuentro también participaron Mizoocky Mota, analista territorial II, Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo, República Dominicana; Elia Martínez, encargada del Departamento de Gestión de Playas, Ministerio de Turismo de República Dominicana; Ángel Cárdenas, gerente de Desarrollo Urbano y Economías Creativas de CAF; Oscar Rueda, director de la Presidencia Ejecutiva de CAF; Martina Pepén Santana, gobernadora del Ayuntamiento Municipal de Higüey, República Dominicana; Desdra Bascombe, secretaria permanente del Ministerio de Desarrollo Rural y Gobierno Local, Trinidad y Tobago; y Raquel Peña Rodríguez, vicepresidenta de la República Dominicana.

Con el propósito de seguir fortaleciendo en la conceptualización, planificación y ejecución de las Biodiverciudades en América Latina y el Caribe, el presidente ejecutivo de CAF, Sergio Díaz-Granados, y el director general del Instituto Humboldt, Hernando García Martínez, se comprometieron a potenciar esta iniciativa y otros temas relacionados con urbanismo y sostenibilidad.

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Presentación

BOCAS DEL TORO


Bocas del Toro
es una provincia de Panamá. Tiene una extensión de 4643,9 km², una población de 170,320 habitantes (2018) y sus límites: al norte con el mar Caribe, al sur con la provincia de Chiriquí, al este y sureste con la comarca Ngäbe-Buglé, al oeste y noroeste con la provincia de Limón de Costa Rica; y al suroeste con la provincia de Puntarenas de Costa Rica.

Otros aseguran que durante su cuarto y último viaje, el almirante Cristóbal Colón quien estuvo la mayoría del tiempo postrado en cama debido a una visión deficiente y aunado a la posible fiebre reumática, navegó con sus dos Carabelas hacia una amplia entrada de agua circular, la bahía de "Carabaro",​ llamada así por los indígenas, hoy rebautizada en su honor como bahía de Almirante.

Los europeos llegaron por primera vez a este territorio el 6 de octubre de 1502, durante el cuarto viaje del almirante Colón a América. Desde la época colonial, a partir de dicha fecha, fue parte de la gobernación de Veraguas, en 1537 fue parte de la Veragua Real y en 1540 quedó dentro de la Provincia de Nueva Cartago y Costa Rica, cuyos territorios se extendían hasta el este de Honduras.

Se intentaron fundar poblados, pero éstos no duraron más que meses. En 1540 se fundó el poblado de Badajoz, a orillas del río Sixaola, pero fue destruido. En 1560, en la bahía de Almirante se fundó la villa de Castillo de Austria, pero fue abandonada al año siguiente por su ubicación inhóspita y malsana. En 1577, se fundó en las orillas del río Cricamola la Ciudad de Artieda del Nuevo Reino de Navarra, que quedó bajo jurisdicción de la nueva provincia de Costa Rica, pero fue abandonada al año siguiente por las mismas razones.

En 1605 fue fundada en el margen sur del Sixaola, la efímera Santiago de Talamanca por el conquistador Diego de Sojo y Peñaranda, y tuvo cierta prosperidad llegando a ser capital de la nueva provincia de Duy y Mexicanos en 1610, que se extendía desde el Sixaola hasta la isla Escudo de Veraguas, pero en ese mismo año una rebelión indígena encabezada por los cabécar que terminó en una masacre, obligó al abandono de la ciudad y la disolución de Duy y Mexicanos.

Durante el siglo XIX, la zona de Bocas del Toro quedó inmersa en una disputa fronteriza entre Costa Rica y Colombia, debido a interpretaciones de la Real Cédula de 1803, que traspasaba la jurisdicción de la Costa de Mosquitos hasta Escudo de Veraguas, del virreinato de Nueva España al Virreinato de Nueva Granada.11​ Con la independencia del istmo de Panamá (y su posterior adhesión a la Gran Colombia) y el surgimiento de la República Federal de Centro América, la disputa por Bocas del Toro se hizo más evidente.

En 1836, temiendo la creciente influencia inglesa en el Caribe, Centroamérica proclamó la autoridad en la isla de Bocas de Toro y nombró a Juan Galindo para el establecimiento del distrito de Morazán.13​11​ No obstante, la República de la Nueva Granada envió dos buques y un destacamento para expulsar a las fuerzas centroamericanas, lográndolo el 18 de diciembre, sin ninguna acción militar.14​ Costa Rica protestó por la acción, considerándolo como una «usurpación», pero temiendo el poderío militar neogranadino se abstuvo de tomar acciones hasta la Separación de Panamá de Colombia en 1903, y permaneció como un reclamo fronterizo.

El 26 de mayo de 1837, la Nueva Granada denominó a Bocas del Toro como un cantón de la provincia de Veragua y en 1843 fue renombrado como territorio nacional, con beneficios tributarios y atribuciones sociopolíticas especiales.15​ En 1850 fue abolido el territorio y fue anexado a la provincia de Chiriquí (luego departamento de Chiriquí). En 1855, el archipiélago de Bocas del Toro, la laguna de Chiriquí y algunos caseríos en el continente fueron agrupados en la comarca de Bocas del Toro hasta 1894,16​ cuando fue convertido en distrito de la provincia de Colón17​.

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