El 13 de septiembre se conmemoró el Día Internacional del Chocolate, fecha en la que se recordó que en Panamá se sigue trabajando en la consolidación y reconocimiento del producto en los mercados internacionales.
14 septiembre 2020 |
Hace diez años la producción del chocolate panameño era casi inexistente, el 98% del cacao nacional era destinado a países como Suiza, Bélgica, Italia, Alemania, Honduras, España, Uruguay, Holanda y Sudáfrica. Sin embargo, en la actualidad el panorama ha cambiado, tanto para los cacaocultores, como para los artesanos, los cuales se especializan en transformar y procesar este fruto; tal como lo hace la chocolatier Yoshiris Peña, fundadora de Oro Moreno.
En la última década se ha visto un incremento de un 15 a 20% en la demanda de cacao orgánico originado de los principales países importadores; en el país istmeño, pequeños productores cultivan alrededor de 7.000 hectáreas, que se traducen en un aproximado de 500 toneladas de cacao durante el año, siendo entre marzo y abril y noviembre y diciembre los meses de mayor cosecha, según informe del Ministerio de Desarrollo Agropecuario de Panamá (Mida).
A pesar de ello, es el país con menos crecimiento cacaotero de Centroamérica y el Caribe frente a Nicaragua y Perú. Sin embargo, mantiene la certificación de la Organización Internacional del Cacao (del 50% en calidad de productor de cacao fino y de aroma), convirtiéndose en un mercado interesante, con grandes ventajas competitivas, entre las cuales destacan las características del ambiente perfecto para el cultivo de cacao.
Durante el proceso han nacido expertos y conocedores del cacao como Peña, fundadora del primer Laboratorio de Bombonería fina en Panamá, Oro Moreno, que ha desarrollado conocimientos y experiencias como chocolatier, para seleccionar la materia prima, combinarla con selectos ingredientes, y transformala en un “auténtico chocolate panameño”.
En estos tiempos de pandemia surgen nuevos desafíos para los actores de la industria chocolatera, entre los cuales están: impulsar la transformación cultural del sector, expandir las oportunidades de exportación, incentivar el consumo de productos locales, fomentar el cultivo y mejoramiento de las zonas cacaoteras, además, agregar valor al proceso de secado del fruto que es donde se adquiere sus mejores característica y niveles de transformación.