Entre liturgias y reflexiones Papa consagró altar Catedral panameña

Ante una plaza abarrotada de gente y en medio del replicar de las ocho nuevas campanas de la Catedral metropolitana llegó el Papa para consagrar hoy el altar de este templo panameño que data de 1716.

26 enero 2019 |

Durante el recorrido en el papamóvil hasta la Basílica de Santa María La Antigua, el vicario de Cristo sintió el calor humano de peregrinos y panameños, especialmente los que viven en el humilde barrio de San Felipe, en el Casco Antiguo de esta capital.

Tras romper una vez más el protocolo para saludar a las miles de personas paradas frente a la iglesia, el Sumo Pontífice entró a la casa del obispo y subió al camerín que guarda la imagen de Santa María La Antigua, la patrona de Panamá, donde colocó una rosa como símbolo de homenaje y veneración.

En su reflexión, llena de paralelismo con los problemas de la vida moderna, algo que ha caracterizado todos sus discrusos aquí, Francisco se refirió al cansancio de la esperanza, ese que no deja avanzar y mirar hacia adelante, y a la fatiga que provocan los agobios.

Entre ellos enumeró las largas horas de trabajo que dejan poco tiempo para comer, descansar y estar en familia, las 'tóxicas' condiciones laborales y afectivas que agrietan el corazón, la simple y cotidiana entrega, y el peso rutinario de quien no encuentra el gusto, el reconocimiento o el sustento necesario para hacer frente al día a día.

Hasta las afueras del templo, donde miles de personas siguieron la liturgia, llegó la palabra del Papa de los pobres, quien aseguró que el cansancio paralizante nace de mirar para adelante y no saber cómo reaccionar ante la intensidad y perplejidad de los cambios que como sociedad atravesamos, en un mundo tan cambiante y cuestionador.

Sin embargo, 'la esperanza cansada será sanada y gozará de esa particular fatiga del corazón, cuando no tema volver al lugar del primer amor y logre encontrar, en las periferias y desafíos que hoy se nos presentan, el mismo canto, la misma mirada que suscitó el canto y la mirada de nuestros mayores', apuntó.

El Obispo de Roma aseveró que la reapertura de la Catedral, después de dos años de renovación, no es un acontecimiento menor, pues 'como fiel testigo de la historia de este pueblo y el trabajo de muchos, quiso volver a regalar su belleza', abriéndose a hospedar toda la novedad que el presente le podía regalar.
Por eso, 'no nos dejemos robar la belleza que hemos heredado de nuestros padres, que ella sea la raíz viva y fecunda que nos ayude a seguir haciendo bella y profética la historia de salvación en estas tierras', sentenció.

Entre las reliquias depositadas este sábado en la consagración del altar de Santa María La Antigua, el primero de América que recibe 'la bendición' de un Sumo Pontífice, está la de Arnulfo Romero, santo y mártir de la iglesia salvadoreña, a los que se suman Santa Rosa de Lima y San Martín de Porres, también latinoamericanos, y el polaco, San Juan Pablo II.

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