Muere el rapero Mac Miller

El rapero estadounidense Mac Miller ha fallecido este viernes aparentemente a causa de una sobredosis de droga.

08 septiembre 2018 |

Así lo informó el portal online TMZ. Miller mantuvo una relación con Ariana Grande desde septiembre de 2016 hasta el pasado mes de mayo, cuando se separaron en medio de rumores sobre posible abuso de drogas por parte del cantante.

Mac Miller, de 26 años, fue hallado muerto en los alrededores de su domicilio en San Fernando, California. Según medios estadounidenses, una persona de su entorno se encargó de avisar a las autoridades desde la casa del artista.

Tras la ruptura con Ariana Grande, el rapero protagonizó un incidente con la policía al estrellar su coche contra un poste cuando conducía bajo los efectos del alcohol. Miller huyó de la escena, aunque posteriormente confesó su culpabilidad. Al conocer los hechos, la cantante envió un mensaje de apoyo a su exnovio: “Por favor, cuídate”.

Grande dejó claro tras la separación que el consumo de drogas había sido un factor determinante en la decisión, y aseguró que no era “ni su niñera ni su madre” cuando recibió críticas que relacionaban la ruptura con el comportamiento errático del cantante.


Su quinto álbum, publicado este verano, había alcanzado el número tres en la lista Billboard. En octubre iba a comenzar una extensa gira por EE UU. Miller, cuyo verdadero nombre era Malcom McCormick, había reconocido sus problemas con las drogas y la depresión. Su exposición pública había crecido exponencialmente en los últimos años por su relación con la estrella del pop Ariana Grande. La causa de la muerte no ha sido confirmada por las autoridades.

Miller comenzó a despuntar siendo apenas un adolescente en su Pittsburgh natal. Tanto a través de la publicación de sus primeras mixtapes, el formato característico de la nueva generación de raperos, como productor. Su debut, Blue Slide Park, se convirtió en el primer álbum independiente en alcanzar el número uno en Billboard en 16 años.

El tono festivo y ligero de sus primeras obras, una especie de banda sonora para las fiestas de las hermandades universitarias, fue evolucionando hacia sonidos y letras más sombrías, incluyendo referencias a su adicción a los derivados opiáceos de prescripción médica: otra constante generacional de la nueva ola de raperos.

“No querría solo la felicidad”, dijo Miller en una entrevista publicada esta semana en la revista Vulture. “Tampoco quiero solamente la tristeza. Lo que quiero es no estar deprimido. Quiero ser capaz de tener buenos días y malos días”.

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