El Banco de Pagos Internacional alerta de un “desastre” medioambiental por el auge de las criptomonedas

El banco de bancos centrales advierte de que estas monedas requieren una potencia equivalente a la de millones de ordenadores personales

20 junio 2018 |

Las criptomonedas aspiran a convertirse en una nueva forma de pago de confianza a través del uso de las nuevas tecnologías. Sin embargo, este nuevo tipo de dinero, como el Bitcoin, adolece de numerosas deficiencias, entre ellas, pueden provocar un “desastre medioambiental”, según un informe elaborado por el Banco de Pagos Internacional (BIS, por sus siglas en inglés).

“Las instalaciones individuales que operan la minería (de criptomonedas) pueden albergar una potencia equivalente a la de millones de ordenadores personales”, señala el BIS comparando esa potencia con la que puede utilizar todo un país como Suiza. Además, para operar como usuario se requieren “super ordenadores” con los que poder estar al día con las transacciones, que quedan guardadas en una especie de 'libro de registro'. Este registro tiene una capacidad limitada que cuando es superada, deja las transacciones en cola, por lo que es difícil que se utilicen estas monedas virtuales, por ejemplo, para pagar un café, sostiene el considerado banco de bancos centrales.

Unido a esto, señala el BIS, las criptomonedas no suben como las divisas tradicionales y, además, son muy volátiles porque dependen directamente de la demanda. En este sentido, el organismo internacional compara su funcionamiento con el de los mercados de commodities. Otra deficiencia incluida en el informe es la falta de confianza ya que, entre otras cosas, las criptomonedas podrían ser manipuladas por los mineros que las programan.

El BIS no es el único organismo que tiene dudas sobre el futuro de estas monedas virtuales. Hace unos meses Digiconomist advertía que la minería de bitcoin consume grandes cantidades de energía y provoca la liberación de emisiones contaminantes a la atmósfera. En concreto, según datos recopilados por esta plataforma que proporciona análisis en profundidad relacionados con las criptodivisas, la minería de esta moneda suma un consumo energético 32 teravatios hora y emite 16.014 kilotoneladas de dióxido de carbono al año. El mayor problema, según esta plataforma, es que la mayor parte de la actividad se produce en China y la energía utilizada procede de las centrales eléctricas de carbón del país.

Tan solo 61 países consumirían más energía que toda la red de bitcoin, tomando como referencia las cifras sobre demanda energética de la Agencia Internacional de Energía.

Recientemente, un estudio de la firma inglesa PowerCompare aseguraba que la moneda consume más electricidad que 159 países.

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