La reforma fiscal en Estados Unidos, suscrita por el presidente Donald Trump, tendrá importantes repercusiones en las pautas mundiales de la inversión extranjera directa (IED), con efectos nocivos para diversos países, consideran expertos.
25 febrero 2018 |
A juicio de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad, por sus siglas en inglés), la decisión de la Casa Blanca 'afectará a un grupo de empresas multinacionales y filiales extranjeras que representan casi el 50 por ciento del volumen mundial de IED'.
Ejercicios precedentes sobre desgravación fiscal en Estados Unidos hacen prever que las multinacionales podrían repatriar hasta dos billones (millones de millones) de dólares. Esto implicaría 'una fuerte reducción' en el flujo global de IED, señaló el directivo de Unctad James Zhan.
En el anterior régimen tributario, las obligaciones fiscales por los ingresos del exterior se abonaban solamente cuando las firmas mandaban los fondos a Estados Unidos; de tal forma, muchas compañías norteamericanas mantenían las ganancias fuera del territorio nacional.
Entre las nuevas medidas figura la imposición de un gravamen único a las ganancias acumuladas en el extranjero para poder repatriarlas sin estar sujetas a nuevas obligaciones, observó la Unctad.
Conforme a los estimados, precisó la fuente, las ganancias retenidas en el extranjero por las corporaciones estadounidenses ascienden a 3,2 billones de dólares.
Vale recordar que la potencia norteña aprobó en 2005 una ley sobre inversiones en el territorio nacional, lo cual condujo a la desgravación fiscal para repatriar fondos. Por esa vía, las firmas estadounidenses trasladaron a su país dos tercios de las ganancias retenidas en el extranjero.
En la actualidad, los fondos potenciales son siete veces más importantes que los existentes en 2005, observó el análisis de Naciones Unidas.
Un pequeño grupo de transnacionales marcará pautas en el curso futuro de los acontecimientos: solo cinco entidades de alta tecnología (Apple, Microsoft, Cisco, Alphabet y Oracle) acumulan en conjunto más de 530 mil millones de dólares en efectivo en el extranjero.
Ese monto equivale a una cuarta parte del total estimado de activos líquidos que pueden ser repatriados, precisó el estudio de la Unctad.
La repatriación, apreció la fuente, podría ocasionar 'una gran disminución' en la cuantía de la IDE salida de Estados Unidos, que pasaría de 6,4 billones de dólares en la actualidad a 4,5 billones de dólares.
Lo anterior acarrearía 'consecuencias inversas' en el volumen de entradas totales de IED en otros países; un hecho relevante, pues alrededor de una cuarta parte de las IED provenientes de Estados Unidos se encuentra en naciones en desarrollo.
No obstante, valoró la agencia, es probable que una parte de la inversión total en países en desarrollo esté colocada en activos productivos y, por tanto, sea de difícil repatriación.
Todavía resulta prematuro para evaluar el impacto de la reforma fiscal de Trump; además, la medida se inscribe dentro de una tendencia más general a la reducción de los impuestos sobre el ingreso corporativo, lo cual podría dar lugar a 'una competencia fiscal más intensa' a escala global, alertó el informe.
Puede ocurrir también que las ganancias de las filiales norteamericanas terminen siendo estructuralmente inferiores, pues las casas matrices no necesitarán conservar los ingresos en el extranjero.
Por otra parte, habilitar el efectivo depositado en el exterior podría propiciar un nuevo aumento de las fusiones y adquisiciones, consideró la institución de Naciones Unidas.
También la Unctad llamó a tener en cuenta que las medidas de estímulo a la inversión, contempladas en la ley tributaria estadounidense, podrían conducir al aumento de las IED en territorio norteamericano y posiblemente a 'una nueva ola de deslocalizaciones de la actividad manufacturera'.