Acusaciones de corrupción rompen la unidad familiar y gubernamental de Kuwait

Acusaciones de corrupción, un rey contrariado con su hijo y un gobernante ultrajado son los ingredientes de la crisis en que se ha sumido Kuwait después de que el exprimer ministro Jaber Al Mubarak al Sabah rechazara hoy la invitación del emir, Sabah al Ahmad al Sabah, para volver a formar gobierno.

19 noviembre 2019 |

Acusaciones de corrupción, un rey contrariado con su hijo y un gobernante ultrajado son los ingredientes de la crisis en que se ha sumido Kuwait después de que el exprimer ministro Jaber Al Mubarak al Sabah rechazara hoy la invitación del emir, Sabah al Ahmad al Sabah, para volver a formar gobierno.

El normalmente apacible clima político de Kuwait se ha roto en los últimos días por las protestas contra el Gobierno, similares a las que se viven en otros países de la región en demanda de mejoras en la calidad de vida.

Sin embargo, los acontecimientos se precipitaron abruptamente el pasado día 14, cuando Al Mubarak anunciaba su renuncia e instaba al emir a elegir a un nuevo jefe para el Ejecutivo.

El portavoz del Gobierno, Tariq al Muzaram, explicó entonces que la decisión del primer ministro buscaba que el trabajo ministerial pudiera "reorganizarse".

Dos días después el ministro de Defensa, Naser al Sabah, el mayor de las vástagos del emir, incendiaba las redes sociales al afirmar en Twitter que lo que había dicho Al Muzaram "no está en el centro de la verdad", una expresión árabe para decir que esa no "era toda la verdad" detrás del asunto.

A continuación Al Sabah aportó su versión de la verdad con una cadena de mensajes denunciando un caso de malversación de fondos por cerca de 800 millones de dólares de un fondo del Ejército durante la gestión de su antecesor y actual ministro del Interior, Khaled al Jarah.

El hijo de emir dijo también que había informado al Gobierno de Jaber Al Mubarak de esta situación sin que se produjera ninguna respuesta.

Con el país en estado de shock y los medios de comunicación dándose un festín, el emir Al Sabah movió pieza hoy al tomar la decisión salomónica de destituir a su hijo y al ministro del Interior y pedir a Al Mubarak que forme su octavo gobierno.

Por la mañana, el primer ministro dimisionario se presentó ante al emir y rechazó educadamente la petición durante una reunión que la Agencia Oficial de Noticias kuwaití KUNA ha narrado de manera casi de telenovela.

Según KUNA el emir le dijo a Al Mubarak durante la reunión en el palacio: "Eres más grande que la silla (del Gobierno) más fuerte que todo".

Pero el afecto de las presuntas palabras del rey no han ablandado a Al Mubarak que ha reiterado su renuncia al cargo para defender su nombre y la limpieza de sus acciones.

"Estando ya (el asunto) en las manos de nuestra justicia (...) lo primero que tengo que hacer es demostrar mi inocencia ", dijo Al Mubarak en la carta de rechazo entregada al emir y publicada por KUNA.

"Son mentiras que no tienen nada que ver con la verdad", agregó el hombre que dirige el día a día del país desde 2011.

El emir no quedó conforme y posteriormente se dirigió al país para asegurarle que los fundos públicos están a buen recaudo y que caerá quien tenga que caer.

"Reafirmamos nuestra voluntad de proteger los fondos públicos (...) y también reafirmamos que nadie quedará sin castigo, sea cual sea su puesto o cargo", dijo el emir en su mensaje, pidiendo a los medios de comunicación que dejen de tratar el caso, dado que ya esta en al justicia.

A pesar de que el emir es quien elige al primer ministro, los ministros siempre están sujetos a la decisión del Consejo de la Nación, el Parlamento de la nación, que puede destituirlos mediante un voto de confianza.

La familia real controla este consejo ya que el emir tiene todo el poder para disolverlo y el jefe de gobierno es siempre de la familia gobernante, que también domina los ministerios soberanos y algunos de los ministerios de servicios. Al final todo queda en familia.

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