Presidente de los Estados Unidos se hace presente en la Marcha por la vida

¿Coincidencia de números? Quizá, pero la aparición en vivo (Reagan y los Bush lo había hecho por teléfono), por vez primera, de un presidente en esta Marcha, da un espaldarazo enorme al movimiento en el país, y a la Marcha por la Vida, que después de 45 años de protestar por el caso Roe contra Wade (el fallo de enero de 1973, por el cual la Corte Suprema de los Estados Unidos despenalizó el aborto inducido en ese país), la protesta llegó a mover a un presidente a respaldarla plenamente.

Nivel de compromiso
Muchos adversarios de Trump habrán de decir que aprovechó las horas bajas de su nivel de aceptación pública en Estados Unidos para relanzar su popularidad, enganchándose en una Marcha que, por otro lado, estaría auspiciada por gente que voto por él, o más bien, en contra de Hillary Clinton en las elecciones de 2008, por la postura proaborto de ésta última.

Suena posible, sin embargo, según se puede ver en la presencia de los jóvenes y las mujeres en la Marcha, no es tanto la afiliación política, sino el tema de la vida lo que los ha aglutinado en ese espacio.

Suena posible. Pero el nivel de compromiso que adquirió Trump al mostrarse “realmente orgulloso de ser el primer presidente que está apoyándolos en la Casa Blanca”, de frente a los miles de activistas antiaborto reunidos en la Alameda Nacional, cerca del Monumento a Washington, fue, realmente, profundo.

“Bajo mi administración, siempre defenderemos el primer derecho de la Declaración de Independencia (de los Estados Unidos): el derecho a la vida”, enfatizó Trump .

Dos medidas concretas
El jueves, el mandatario estadounidense creó una oficina en el Departamento de Salud y Servicios Humanos para proteger los derechos religiosos de los proveedores médicos que se nieguen a realizar procedimientos que estén en contra de sus creencias, y el viernes, el día de la Marcha, ordenó revertir las reglas de operación de Obama que protegen los fondos para las clínicas que ofrecen servicios de aborto, como Planned Parenthood.

Desde luego, fiel a su modelo de gobernar, el presidente Trump, a un día de cumplir su primer año de mandato (el 20 de enero), aprovechó para hablar del repunte económico que está teniendo Estados Unidos, expresado en el aumento del índice de los mercados de valores y la disminución de la tasa de desempleo. Pero el tema central fue su apoyo a la vida de los nacidos y de los no nacidos.

“Lo más importante de todo, es el regalo de la vida misma. Por eso es que marchamos y por eso es que rezamos”, dijo Trump. Después, uno de sus principales escollos, que ya no lo es, el Republicano por Wisconsin y presidente de la Cámara, Paul Ryan, expresó a los asistentes a la Marcha: “¡Cuán agradecidos estamos de tener un presidente provida en la Casa Blanca!”

Otros actores y el presidente
“Una cosa que se pierde es cuán compasivo es el movimiento provida”, dijo Ryan. “Ayudar a las mujeres que han pasado por el dolor del aborto, ayudar a las madres solteras, darles recursos a través de miles de centros de embarazo: esta es la cara del movimiento pro-vida”, agregó Ryan.

Y el vicepresidente Mike Pence, quien también habló el viernes (ya lo había hecho en 2017) en una recepción el jueves en la Casa Blanca se dirigió a los líderes del movimiento, describiendo a Trump como “el presidente más pro-vida en la historia estadounidense” y elogió el “extraordinario progreso” de la causa durante el año pasado.

“Saben, durante mucho tiempo he creído que una sociedad puede ser juzgada por cómo se enfrenta a los más vulnerables: los ancianos, los enfermos, los discapacitados y los no nacidos”, dijo Pence.

La 45 Marcha por la Vida tuvo como lema “El amor salva vidas” (“Love save lives”), lema que fue usado por el propio presidente Trump al principio de su discurso: “Gracias a ustedes, decenas de miles de estadounidenses han nacido y alcanzado todo el potencial que Dios les dio… ustedes son los testigos vivos del lema: ‘El amor salva vidas’”.