Protestas contra la corrupción genera divisiones

Cientos de personas de capas media y media alta de la sociedad panameña protestaron esta semana contra la corrupción y la impunidad en el antaño escenario de la Cruzada Civilista, en la capitalina Calle 50.

02 noviembre 2017 |

La autoexclusión de sectores obreros, estudiantiles, indígenas y otros segmentos de bajos recursos fue señalado por analistas, quienes afirmaron que los ausentes no se sintieron invitados, o peor aún, lo consideraron una manipulación de centros de poder económico.

Una imagen repetida en la manifestación fue la bandera nacional, sin que organización alguna, cuyos líderes estuvieron presentes, se identificaran como tal y en sus declaraciones a la amplia cobertura mediática hablaron a nombre del país y por la necesidad de llevar a los tribunales a los responsables de los delitos de cuello blanco.

'Caiga quien caiga', una frase repetida por los presentes, lleva implícita la idea de que se juzgue a los responsables independiente de partido político, cargo gubernamental o posición económica; a pesar de ello, los que 'caen' reciben de inmediato la solidaridad de su círculo cercano porque supuestamente son inocentes.

'Persecución política' es el recurso manido apelado en defensa de los investigados en los múltiples casos relacionados con delitos de cuello blanco, por lo que en la concentración de Calle 50 hubo indistintamente mensajes contra el Órgano Judicial, la Fiscalía, el Gobierno o el expresidente Ricardo Martinelli.

Aun cuando el rechazo a los orígenes de la crisis político-judicial es un sentimiento común entre los istmeños en el repudio a las actuaciones del sistema de justicia, los enfoques de la posible solución crean suspicacias entre distintos estratos sociales.

Observadores locales llamaron la atención sobre la amplia cobertura mediática en esta ocasión, donde dos de los principales canales de televisión trasmitieron en vivo desde el lugar, a diferencia de otras similares, incluso de mayor concurrencia; además llamaron la atención de la ausencia de antimotines y policías, visibles en las demás convocatorias.

José Blandón, comentarista de la televisora Nex, denunció que la 'virulencia de las trasmisiones' de la televisora TVN le confirmó la hipótesis de las 'intenciones políticas de sus dueños'.

Sobre la protesta consideró que 'era una convocatoria de un sector para presionar' con respecto a algunos de sus intereses, y criticó la falta de unidad en los mensajes que se excluían, pero 'todos coincidían en algo: hacerse del poder'.

Otra evaluación ofreció Annet Planells, una de las convocantes, quien aseveró que todos compartieron la necesidad de justicia, aunque reconoció que los carteles expresaban sentimientos contrapuestos, interpretó el sentir de los asistentes en que se llegue hasta el final en las investigaciones y el proceso penal.

'Es la manifestación más importante que ha habido en este período y demuestra que ya los ciudadanos estamos despertando, porque el tema de la justicia es el más importante que tenemos que resolver los panameños', expresó la líder de la organización social Movin.

Descalificó así una marcha reciente contra la corrupción y la impunidad convocada por sectores obreros, académicos, estudiantiles e indígenas, que concentró mayor cantidad de personas en las calles capitalinas.

La exclusividad e historia del lugar de la reciente protesta, el predominio de ropa blanca, las consignas y los convocantes, rememoraron las jornadas de enfrentamiento de gremios empresariales a los militares que gobernaron el país desde 1968 hasta 1989, cuando la invasión estadounidense destruyó a las Fuerzas de Defensa (ejército).

El doctor Fernando Cebamanos, recién reelecto presidente del partido Frente Amplio por la Democracia, denunció en redes sociales que la convocatoria de la Calle 50 es un intento por rescatar la Cruzada Civilista, polémico movimiento que buscó en Filipinas sus influencias y cuyos líderes eran empresarios no favorecidos por los militares.

A río revuelto... no pocos pescadores esperan sacar su ganancia, según algunas opiniones, mientras los más enarbolan el pabellón nacional como estandarte para una lucha, en la que el llamado a refundar el país cobra fuerza tras la propuesta de una constituyente originaria.

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