Tensión en el SUNTRACS tras nueve días de huelga

La huelga de constructores panameños por exigencias salariales llega hoy a su noveno día consecutivo, mientras sigue estancada la mesa de negociaciones para acordar el convenio colectivo de trabajo que regirá de 2018 a 2021.

26 abril 2018 |

Aún se mantienen distantes las posiciones de la Cámara Panameña de la Construcción (Capac) cuya última propuesta fue un aumento anual de uno por ciento, y del Sindicato Único de Trabajadores de la Construcción y Similares (Suntracs), el cual bajó su exigencia a 11 por ciento en igual período, informó a periodistas el líder sindical Saúl Méndez.

En una decisión reveleadora de la hostilidad entre las partes, Capac negó a Suntracs facilitarle los mecanismos empresariales de pago para entregar el subsidio a los trabajadores por el paro, lo que provocó aglomeración en las obras y la consecuente molestia de los constructores.

Los afiliados al sindicato retomaron esta semana marchas en importantes vías del país, donde enarbolaron pancartas con reclamos de 'salario justo', y al tiempo crearon caos vehicular que utilizaron como argumento los detractores del gremio, con énfasis en los medios de prensa.

Según cálculos de sectores empresariales, cada día de paro representa 30 millones en pérdidas, además de atrasos a proyectos como la Línea 2 del metro y la ampliación del Aeorpuerto Internacional de Tocumen, los cuales están comprometidos para un gran evento mundial de la juventud católica, a celebrarse aquí en enero próximo.

Capac logró la solidaridad de las organizaciones de empresarios privados y se presentó recientemente ante los medios escoltados por dirigentes de cinco de ellas, para reiterar sus argumentos de la escalada constante de las remuneraciones en el sector y su relación con el precio final de los inmuebles.

Por su parte, la economista Rosario Arias, vocera de Suntracs, aseguró en el canal Telemetro, que el grueso de las ganancias del sector se reparte entre pocos dueños de empresas y un 15 por ciento entre muchos constructores, lo que refleja la desigual distribución de la riqueza en Panamá.

Además, la estudiosa afirmó que los precios de las viviendas siguen una espiral especulativa descontrolada, sin relación alguna con el salario de los constructores, al punto que hasta se cuadruplica la diferencia de las ventas inmobiliarias frente al costo.

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