Sigue problemática de minas sin detonar en Isla Iguana perjudicando la economía del lugar

La prohibición de acceso a Isla Iguana, en el Pacífico, por peligro de explosivos sin detonar abandonadas por el ejército estadounidense, crea aquí dificultades económicas a las familias del distrito de Pedasí, según autoridades locales.

18 febrero 2018 |

Miguel Batista, alcalde la ciudad situada en el extremo sur de la Península de Azuero, pidió al Ministerio de Ambiente una revisión total del área y escribió en su twitter que el estudio se requiere 'con carácter de urgencia para determinar si se encuentran más explosivos', porque Iguana representa 'el corazón turístico del Distrito de Pedasí'.

También informó que el jueves pasado, especialistas en explosivos detonaron el segundo artefacto encontrado dos días antes, y en diálogo con la prensa alertó sobre los peligros para quienes visitan la isla, utilizada como polígono de prácticas estadounidenses durante la ocupación de la Zona del Canal.

'No se han sentado el Ministerio de Ambiente, Ministerio de Seguridad, con las autoridades locales', aseveró, y dijo que no descarta pedir a la Cancillería que le solicite al gobierno de Estado Unidos, que también haga un análisis sobre esta situación.

Reiteró su preocupación por las pérdidas económicas para los habitantes, porque 'muchas familias de pescadores dependen de los viajes a la isla', principalmente en esta fecha cuando la pesca es baja en la zona.

En lo que va de año, dos bombas de 500 libras, que datan de la II Guerra Mundial, casualmente se encontraron enterradas en la arena, y anteriormente también fueron hallados explosivos similares abandonados en el lugar, por lo que no descartan la existencia de otros.

Entre los años 1991 y 1992 se detonaron algunos de ellos, cuyas huellas se mantienen aún en varios cráteres visibles en parte de las 52 hectáreas de tierra firme, lejana a la franja canalera ocupada durante casi un siglo por el Pentágono.

En octubre pasado, el Comando Sur de Estados Unidos y la Policía Nacional de Panamá destruyeron ocho municiones químicas abandonadas por el ejército norteño en la isla San José, al sur de esta capital, otro polígono de tiro de la época colonial, según información oficial.

San José es la segunda mayor del archipiélago de Las Perlas, ubicado en el golfo de Panamá, a 80 kilómetros al sur de la entrada del Canal y tiene unos 44 kilómetros cuadrados de extensión, parte de la cual se explota actualmente para el turismo.

Cuando firmó el tratado de prohibición de armas químicas en 1997, Estados Unidos mintió al declarar que no disponía de armas químicas fuera de su propio territorio, por lo que el reclamo de Panamá ante La Haya molestó al gobierno estadounidense que en 2013 se comprometió a destruirlas.

Pero, para ello puso como condición que se modificara la demanda que decía armas 'dejadas' y debía cambiar por 'olvidadas', modificación semántica que permitiría a Washington evitar posibles consecuencias jurídicas internacionales de su declaración falsa de 1997, publicó en octubre de 2013 el sitio digital Voltairenet.

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